Cuando una Junta Impresa en 3D salvó al pulpo

Son las ocho de la mañana de un día de marzo del año 2021 y en la radio todas las emisoras se hacen eco de la huelga de transporte

Entre noticia y noticia, suena el teléfono. ¡Pero bueno, si es Pilar! 

Su voz suena un poco preocupada, le comento que le pasa. Bastante agobiada me comenta que tiene la producción parada. Pilar es gerente de Frigoríficos Rosa de los Vientos, empresa situada en el Puerto de Marín, especializada en producto gallego del mar, siendo el pulpo su buque insignia. Se dedican a la elaboración de productos frescos y congelados.

Concretamente, el día que Pilar me llama, estaban preparando el envasado de un pedido de pulpo para exportar. Todo iba perfectamente bien, hasta que de repente TODO SE PARA. La envasadora ha fallado y deja de funcionar. 

Ante este problema, como se hace siempre, el equipo de mantenimiento de la mano de Miguel, llama al distribuidor de la envasadora y le comenta que tras la revisión de la máquina, ha detectado que una de las piezas está rota. Para ser más exactos, una “simple junta” que va incrustada en la pieza se ha roto. 

El distribuidor, en Murcia, le indica que le tiene que enviar la pieza completa, junta incluida. Miguel le indica que se la envíe. Necesita solucionar el problema lo antes posible porque el pedido de pulpo tiene que salir como sea. El PROBLEMA, estamos en huelga y Miguel no sabe cuándo recibirá la pieza de sustitución. 

Miguel ya bastante agobiado habla con Pilar y le comenta lo que pasa. Pilar, mujer práctica y resolutiva donde las haya, le dice, que no se preocupe. Miguel: ¡vamos a imprimir en 3D la junta!. Es entonces cuando Pilar me llama. 

Una hora más tarde, aparece Miguel con cara de circunstancia y la junta rota por Rysia. Sin mucha confianza nos deja la junta para poder hacer una réplica de la misma. 

Un par de horas después Miguel regresa para recoger su nueva junta impresa en 3D. Sus palabras no demostraban mucha confianza hacia nuestro trabajo, pero eso nos ocurre a todos siempre que nos encontramos con algo nuevo que no sabemos cómo va a resultar y que escapa a  nuestro control. Nos volvemos bastante escépticos. 
Los pasados 4, 5 y 6 de octubre tuvo lugar Conxemar. Recibo una invitación de Pilar para pasar a visitarla por su stand. ¿A quién me encuentro?, si, al escéptico de Miguel. 

Pues bien, un año y pico después, Miguel ya no es escéptico. Hoy es un fiel creyente en la impresión 3D

Me comenta con cara de asombro y agradecimiento que la junta lleva funcionando un año y medio. Le llegó en su momento la pieza de repuesto del distribuidor desde Murcia, pero no le hizo falta usarla. 

Miguel me explica, que además del ahorro de precio, que el momento del problema no era lo más importante para ellos, el poder salvar la situación y poder sacar su pedido adelante y no dejar la producción parada, eso no tiene precio. 

La pregunta es... ¿Qué hubiese ocurrido si Pilar no hubiese apostado por introducir una nueva tecnología como alternativa a un problema?

 

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